lunes, 20 de octubre de 2014

Motricidad fina de los niños


MOTRICIDAD FINA

 
 

La coordinación motora fina es toda aquella acción que compromete el uso de las partes finas del cuerpo: manos, pies y dedos. Se refiere más a las destrezas que se tienen con dichas partes en forma individual o entre ellas, por ejemplo, recoger semillas con los dedos de la mano o pañuelos con los dedos de los pies.

La coordinación viso motriz es parte de la motricidad fina, pero aquí, además de la destreza con las partes finas del cuerpo implica la coordinación de éstas con la vista.

   
 

En ella se consideran habilidades como dirección, puntería y precisión. Entre algunas actividades tenemos rasgar, enhebrar, lanzar, patear, hacer rodar, etc.

¿Sabías que el realizar actividades manuales como punzar, pasar, encajar figuras, prepara las manitos de tu niño para aprender a escribir e incluso para la adquisición de futuros aprendizajes?

Cuando un niño presenta problemas en la lectoescritura, una de las causas puede ser que no se le da la importancia necesaria a la estimulación de la motricidad fina desde su primer mes de vida, la cual se refleja posteriormente en movimientos de mayor precisión que son requeridos especialmente en tareas donde se utilizan de manera simultánea el ojo, mano, dedos como por ejemplo: rasgar, cortar, pintar, apilar objetos, colorear, enhebrar, escribir, y que permiten al niño ejercitar su vista al momento de leer (seguimiento visual de izquierda a derecha, y de arriba abajo), clave para la adquisición de aprendizajes.



Algo muy importante que los padres deben tener en cuenta es que el desarrollo de la motricidad fina no empieza desde los 3 años, sino desde el nacimiento, porque el bebé puede coger un objeto con toda su mano por un acto reflejo. Posteriormente deja este reflejo para coger objetos deliberadamente, pues va dominando y coordinando sus propios movimientos, cada vez con mayor precisión.

lunes, 13 de octubre de 2014

DESARROLLO DE AUTOESTIMA INFANTIL



DESARROLLO DEL AUTOESTIMA EN NIÑOS

El papel de la familia como agente socializador es fundamental, a través de los demás es cuando los niños y niñas desarrollan su autoestima. La imagen que tienen los demás sobre los pequeños contribuye a la formación de la propia imagen. La familia, constituye la primera base sobre las que las personas forman su autoestima. El sentirse valorados y queridos por sus seres más cercanos es fundamental para las bases de una sana autoestima. La familia debe mostrar su estima al niño/a, debe además proporcionarle experiencias adecuadas para que se sientan seguros.

Consejos para fomentar una sana autoestima

  1. Transmite confianza al pequeño. Hazle saber qué crees en él, ellos creerán en sí mismos si perciben que tú crees en ellos.
  2. Demuestra tu amor. Los niños y niñas necesitan sentirse estimados por sus seres más cercanos, no dudes en darles muestras de amor y cariño.
  3. Felicítales por sus cualidades y logros, pero con elogios creíbles.
  4. Ten en cuenta sus sentimientos.  Cuando hagan algo mal, critica a la persona y no a la acción.
  5. Fija metas. Educarles para que sean responsables y capaces de asumir retos. Las metas han de ser alcanzables.
  6. Olvida la perfección “te quiero tal como eres”, los pequeños deben ser conscientes que no son perfectos, pero que son dignos de estima.
  7. Dales la oportunidad de experimentar y valerse por sí mismos. Es importante que prueben y comprueben que pueden hacer las cosas por sí mismos. 
  8. Muéstrales sus cualidades, y enséñales que pueden modificar aquellas cualidades que quieran, que con esfuerzo es posible mejorar.
  9. Incítales a superarse, pero no les presiones demasiado. Es importante que conciban que a través de su esfuerzo pueden superarse, pero no deben sentirse presionados o verlo como imposible.   
  10. Déjales dar su opinión, participar en las decisiones y creceren un ambiente donde formen parte









cuento de la vicuña misteriosa



LA MISTERIOSA VICUÑA EN EL
CERRO KUMU LUMA

 
Dicen que por los años 70, de la comunidad de Ch´ajana, una caravana de viajeros; en llama cargados de carne, charqui, lana, etc. Se enrumbaron con destino a los valles de Bolivia (Ayata, Pusillani y Huanccu); después de una caminata sacrificada de tres días, llegaron a su destino donde realizaron el trueque o intercambio de sus productos.
 
En el retorno con su cargamento obtenido (maíz, poroto, etc.), acostumbraban descansar en el lugar denominado: K´antati Ururi.
Los viajeros eran muy unidos y solidarios, cada uno cumplía con su deber. Una tarde, después de acomodarse para el descanso, uno de ellos que siempre en cada viaje, tenía la costumbre de cazar, una vicuña, para luego llevar como sorpresa a sus compañeros, salió a cazar.
 
Esta vez el atrevido viajero salió, sin compañía, en busca de presa no muy lejos del campamento vio una manada de vicuñas y utilizando todo su talento de cazador se acerco lentamente, saco su arma y sin pensarlo dos veces, disparó a la primera vicuña que corría. El cazador, muy alegre fue a recorrer su presa, donde se dio con la gran sorpresa de que la vicuña que había matado, tenía un misterioso arete de oro. Sin dar tanta importancia a lo que vio, se lo llevo al lugar de descanso. Al ver esto los demás viajeros no podían creer la hazaña de su compañero, pero, aun con cierto recelo le degollaron, para luego alimentarse de él.
En ese momento, de lejos, a todo galope y levantando polvo en el camino, apareció un grupo de soldados montados en mulas. Los viajeros preocupados, de que se trataba de los guarda parques, inmediatamente escondieron a la vicuña y al cazador, cubriéndolo con sacos de maíz y otros productos.
 
En ese momento llegaron los jinetes y sin dar ninguna oportunidad a reclamos, el jefe de ellos, como si hubiera visto donde lo había escondido, ordeno sacar al cazador y a la vicuña muerta. Luego lo hicieron cargar los restos del auquénido y a si se lo llevaron inmediatamente, arrastrándolo en una de las mulas, con rumbo desconocido pero impulsado por su sentimiento paternal, el padre del cazador levanto su chuspa (bolsita de cuero, para guardar coca) así se fue tras los jinetes.
Después de un largo recorrido llegaron a una mansión desconocida que estaba iluminado con luces resplandecientes; allí al cazador lo desnudaron y lo pusieron en medio del patio, para luego por turnos castigarlo con látigo mientras eso sucedió, el padre desde afuera, chajchando su coca, simplemente observaba con mucha tristeza todo lo que sucedía, porque no había oportunidad para reclamar de tanto recibir castigo, el joven cazador se encontraba moribundo y en ese momento los jinetes empezaron a cubrirlo con el cuero de la vicuña, el padre preocupado y cansado se quedo dormido
Al día siguiente, los rayos del sol hicieron despertar al pobre anciano, con mucha prisa se puso de pie y al mirar a su alrededor, se dio con la sorpresa de que no había nada de lo que en la noche había visto. Solamente podía observar vizcachas que corrían de un lugar a otro, en un cerro solitario y a unos metros de él, una vicuña que también parecía sorprendida de todo lo que observaba. Su única reacción fue correr a toda carrera con direcciónal lugar donde se encontraban sus compañeros, luego de haber recorrido un tramo, vio que la vicuña también corría tras él.
Al encontrarse con sus amigos, el pobre anciano narro con mucho susto todo lo sucedido, al analizar esta situación, se dieron cuenta de que los jinetes no eran seres normales sino que eran ANCHANCHUS (dueños de las vicuñas) y estos lo habían convertido al cazador en vicuña.
Sin poder hacer nada y resignados los viajeros retornaban a toda prosa con dirección de Ch´ajana donde se encontraban sus familiares.


  Dicen que el cazador convertido en misteriosa vicuña, muchos años después sigue penando y pagando la maldad que hizo en la naturaleza, allá en el cerro Kumu Luma.

AFECTIVIDAD EN LOS NIÑOS



La afectividad en los niños



 La expresión afectivo hace referencia a la necesidad que tenemos los humanos de establecer vínculos con otras personas que nos ayuden en la supervivencia y nos proporcionen estabilidad emocional y seguridad. Al nacer desprotegidos, necesitamos a los adultos para cubrir las necesidades básicas, como el abrigo, la comida, la bebida y el descanso. Por ello, la naturaleza nos dota del instinto maternal, a partir del cual se creará el primer vínculo afectivo: el apego.
 

Tipos de apego en los niños

Existen diferentes estilos de apego seguro, ansioso ambivalente y evitativo y dependiendo de cuál se adopte y de su calidad, el grado de seguridad del niño variará, tanto con respecto a él mismo (en términos de autoestima) como con los demás (en términos de confianza). 
 
Gracias al apego, el niño aprenderá a querer, a besar, a acariciar, a reconocer sus sentimientos y los de los demás, a expresarlos, a superar los fracasos sin que ello afecte a su estabilidad emocional; en resumen: a vivir de forma positiva.
Seguro: El niño no se muestra especialmente alterado por la separación de la persona objeto de apego y, al volverse a reunir, se siente bien junto a ella.

 
Ansioso ambivalente: Después de la separación, el niño muestra reacciones de rechazo y aproximación hacia la persona objeto de apego.
Evitativo: El niño, tras la separación del objeto de apego, evita a dicha persona y parece sentirse mejor con otras menos próximas.
 



LEYENDA DE LA KANTUTA



LEYENDA DE LA KANTUTA
Sentado en una oquedad andina, el dios menor Cuurmi, Arco Iris, lamentábase de su suerte. Soslayando su pena, lanzaba a los vientos, rato a rato, su liwiña tricolor, [la] que formando una gigantesca parábola iba a tocar la cúspide opuesta. Así mataba su tiempo; luego, cansado de su juego y de espectar la belleza que él mismo irradiaba, nuevamente recogía su liwiña para seguir rumiando su tristeza.
-Es sin objeto la belleza que dura sólo instantes. ¿De qué sirve que yo sea el poseedor de todos los colores? ¿Por qué debo retenerlos en mí? ¡Oh! triste suerte del Dios
 
joven, cuya belleza es como un fuego fatuo. ¡Oh, padre Wiracocha, permite que este manantial guardado en mí, aquiete los afanes de belleza, que son sed de amor en esos pobres seres, tus mortales criaturas!
El Dios Kjunu, dios de las nieves -venerable entre los dioses por su edad- vestido de alba yacolla desde lejos escuchaba los lamentos, y nada podía hacer para consolar al joven dios.
Cuurmi lanzaba nuevamente su liwiña para después sumergirse en el sopor de su tristeza.
 
-¡Oh, dolor de fuego que enciendes mis entrañas! ¿Por qué debe morir en mí lo que puedo compartir con los humanos?
Y el venerable Kjunu ensombreció el horizonte con su aliento para que las quejas del dios joven no enturbiaran su corazón.En la espesura de algunos valles del dilatado Kollasuyo, crece una planta, cuyas flores, campánulas blancas, en cierta época del año, al roce de un ligero vientecillo, hacen vibrar sus estambres y pistilos, tan intensamente que tañen melodías de singular belleza. Los aborígenes [de esta región] la llaman Khantu y le atribuyen poderes inspiradores para los músicos que se acercan a [aspirar] su fragancia.
Wiracocha, padre de [los] dioses, escuchó las lamentaciones del dios joven, se dolió hondo y buscó la manera de amenguar la tristeza de Cuurmi.
 
Lo llama, severo, y le recrimina:
-Tus afanes, son impropios de tu calidad. Sólo el hombre, mísero mortal, vive y muere transido de eternidad. Tú eres progenie de dioses. ¡Los dioses son eternos como efímeros son los hombres! He escuchado tus lamentaciones y como padre tuyo he hecho mía tu desesperanza. Escucha Cuurmi, joven impetuoso e impaciente, a Khantu la bella flor, inmaculada y virgen que vive en los bajíos del Kollasuyo, la desposarás cuando mamá Pfajsi, madre luna, se encuentre en el cenit.
Cuurmi obedeció a su padre y en una noche de luna, translúcido de palidez y tembloroso de amor, atrajo a su pecho a Khantu. Aspiró profundamente su fragancia y ella, la campánula alba, se impregnó de los colores de Cuurni.
Del raro acoplamiento germinó una hermosa flor con los tres colores del Arco Iris: rojo, amarillo y verde.
 Wiracocha, pleno de dicha, observó su milagro, y ordenó a Huara-tata, dios de los vientos, que esparciera por los cuatro horizontes del Kollasuyo la semilla de Khantu, para que así Cuurmi cumpliera su deseo de eternizarse en la tierra.
Ésta es la leyenda de la Khantuta, flor imperial para los incas, y símbolo patrio de la República de Bolivia.